Algo en lo que puedes empezar a pensar.

 

En un mundo ideal, cada niño descubriría el amor por la lectura de manera natural y sin esfuerzo. Sin embargo, la realidad nos presenta un escenario diferente. Recientemente, se me pidió hablar sobre «Incentivo a la leitura» en un colegio portugués, y este tema me llevó a una reflexión importante: estamos enfocando la cuestión desde un ángulo limitado. El título mismo, aunque bienintencionado, sugiere una tendencia a quedarnos en la superficie, tratando los síntomas de un problema más profundo en lugar de buscar sus causas.

Como coach, me he dedicado a explorar las raíces de los comportamientos y las motivaciones humanas, y he encontrado que la única manera de generar un cambio real y duradero es trabajando desde la causa, no sólo el efecto. Esta filosofía se aplica también al desafío de fomentar la lectura en los jóvenes. En lugar de preguntarnos cómo podemos «incentivar la lectura», deberíamos estar indagando por qué algunos niños no se sienten atraídos por ella en primer lugar.

Otro aspecto crucial a considerar es el modelo que los padres y educadores representan para los niños. A menudo, los niños adoptan patrones de comportamiento y actitudes que ven en los adultos más significativos en sus vidas. Si un niño observa que la lectura no es una prioridad o un hábito en su entorno familiar, es probable que él o ella también se desinterese.

Tomemos, por ejemplo, el caso de mi mejor amiga de la infancia, que insiste en decirle a su hija que era una excelente estudiante, aunque en realidad tuvo dificultades en el colegio. Este tipo de incongruencias no solo puede confundir a los niños, sino que también pueden disminuir la credibilidad de los padres como modelos a seguir.

Si queremos fomentar la lectura entre los jóvenes, es esencial que los padres y educadores nos hagamos estas preguntas: ¿Estoy practicando lo que predico? ¿Cómo puedo ser un modelo a seguir en el amor por la lectura? La coherencia entre nuestras palabras y acciones es fundamental para enseñar a los niños el valor y el placer, no sólo de la lectura sino también, de cualquier interés por actividades que fomenten un crecimiento ecológico y saludable.

En mi experiencia como coach, he observado que cada niño(a) o adulto es un universo único, con motivaciones y barreras que son tan personales como su huella digital. Aplicar un enfoque de talla única para fomentar la lectura es ignorar esta rica diversidad de experiencias y perspectivas. A través de la PNL y el coaching, podemos comenzar a desentrañar estas complejidades.

Por ejemplo, para un niño que encuentra la lectura aburrida, puede ser que nunca haya encontrado un libro que hable de sus intereses o desafíos personales. En otro caso, un niño que lucha con la lectura puede tener dificultades no reconocidas de aprendizaje que necesitan ser abordadas con empatía y estrategias específicas.

El coaching y la PNL nos enseñan a hacer las preguntas correctas, a escuchar activamente y a buscar soluciones que respeten y se ajusten a las necesidades individuales. Al aplicar estos principios, podemos guiar a los padres para que se conviertan en detectives emocionales y cognitivos de sus hijos, explorando con curiosidad y sin juicios las razones detrás de su relación con la lectura.

Te propongo algunos ejercicios prácticos:

Descubrir Intereses Ocultos: A través de conversaciones abiertas, los padres pueden descubrir intereses ocultos de sus hijos y encontrar libros que se alineen con estos temas, haciendo que la lectura sea una aventura emocionante y no una tarea aburrida.

Crear un Entorno de Lectura Positivo: Establecer un espacio y tiempo dedicados a la lectura en el hogar, donde toda la familia participa, puede crear un entorno de lectura positivo y motivador.

Utilizar Libros como Puentes: Los libros pueden ser herramientas para abordar y discutir temas difíciles o situaciones personales, ayudando a los niños a procesar sus emociones y experiencias a través de las historias.

Mirar más allá del mero «incentivo» para entender las causas reales del desinterés en la lectura nos lleva a soluciones más efectivas y enriquecedoras. Como coach, animo a los padres y educadores a adoptar este enfoque introspectivo y personalizado. Al hacerlo, no solo fomentamos el amor por la lectura, sino que también fortalecemos nuestras conexiones con los niños, ayudándoles a crecer como individuos completos y curiosos.

Gracias por estar ahí.

Virginia Viñas, Coach de Líderes